27/10/12

Spitzer mide la expansión del Universo

Los astrónomos que usan el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA, han anunciado una de las medidas más precisas hasta el momento de la constante de Hubble, o la velocidad con la que se expande el Universo.

La constante de Hubble fue nombrada así en honor al astrónomo Edwin P. Hubble, quien asombró al mundo en la década de 1920 confirmando que nuestro universo ha estado expandiéndose desde que comenzó su existencia hace 13.700 millones de años. A finales de la década de 1990, los astrónomos descubrieron que la expansión se aceleraba, o que iba más rápida con el paso del tiempo. Determinar la velocidad de expansión es clave para comprender la edad y tamaño del Universo.


A diferencia del Telescopio Espacial Hubble de la NASA, que ve el cosmos en luz visible e infrarroja de longitud de onda corta, Spitzer aprovechó la luz infrarroja de longitud de onda larga para realizar su nueva medida de la constante de Hubble que arrojó un resultado de 74,3 kilómetros por segundo por megapársec. Un megapársec es aproximadamente 3 millones de años-luz. Este resultado concuerda con un estudio independiente de supernovas llevado a cabo el año pasado por investigadores pertenecientes, en su mayoría, al Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial en Baltimore, Maryland, y mejora en un factor de 3 un estudio similar del telescopio Hubble realizado en 2001 y que usó una técnica similar a la del estudio actual.

“Spitzer de nuevo está haciendo ciencia más allá de lo que estaba diseñado para hacer”, dijo el científico del proyecto Michael Werner del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California. Werner ha trabajado en la misión desde su fase de concepto inicial hace más de 30 años. “Primero, Spitzer nos sorprendió con su capacidad pionera para estudiar las atmósferas de los exoplanetas, y ahora, en los últimos años de la misión, se ha convertido en una valiosa herramienta cosmológica”, dijo Werner.

Además, los resultados fueron combinados con datos publicados por la sonda WMAP (Wilkinson Microwave Anisotropy Probe) de la NASA para obtener una medida independiente de la energía oscura, uno de los mayores misterios del cosmos. Se cree que la energía oscura está ganando la batalla a la gravedad, estirando el tejido del Universo. La investigación basada en esta aceleración otorgó a los investigadores el Premio Nobel de Física 2011.

“Este es un gran misterio”, dijo la autora principal del nuevo estudio, Wendy Freedman de los Observatorios de la Institución Carnegie de Ciencia en Pasadena. “Es emocionante que seamos capaces de usar a Spitzer para abordar estos problemas fundamentales de la cosmología: la tasa precisa a la que se está expandiendo el Universo actualmente, así como la medida de la cantidad de energía oscura en el Universo desde otro ángulo”. Freedman dirigió el innovador estudio del telescopio Hubble que había medido la constante de Hubble anteriormente.

Glenn Wahlgren, científico del programa Spitzer en las oficinas centrales de la NASA en Washington, dijo que la visión infrarroja, que ve a través del polvo para proporcionan una mejor observación de las estrellas variables llamadas cefeidas, permitió a Spitzer mejorar las anteriores medidas de la constante de Hubble usando dichas estrellas.

“Estas estrellas pulsantes son escalones vitales en lo que los astrónomos llaman la escala de distancia cósmica: un conjunto de objetos a distancias conocidas que, cuando se combinan con las velocidades a las que los objetos se alejan de nosotros, revelan la velocidad de expansión del Universo”, dice Wahlgren.

Las cefeidas son decisivas para los cálculos debido a que sus distancias a la Tierra puede medirse fácilmente. En 1908, Henrietta Leavitt descubrió que estas estrellas pulsan a una velocidad directamente relacionada con su brillo intrínseco.

Para visualizar por qué esto es importante, imagina a alguien alejándose de ti mientras lleva una vela. Cuanto más haya viajado la vela, más tenue parecerá. Su brillo aparente revelaría la distancia real. El mismo principio es el que se aplica a las cefeidas, candelas estándar del cosmos. Midiendo cuán brillantes se ven en el cielo, y comparándolo con su brillo conocido como si estuviesen en primer plano, los astrónomos pueden calcular su distancia a la Tierra.

Spitzer observó 10 cefeidas en nuestra galaxia, la Vía Láctea, y 80 en una cercana galaxia vecina conocida como la Gran Nube de Magallanes. Sin el polvo cósmico bloqueando su visión, el equipo de investigación de Spitzer fue capaz de obtener medidas más precisas del brillo aparente de las estrellas, y, de este modo, sus distancias. Estos datos abrieron el camino para una nueva y mejor estimación del ritmo de expansión de nuestro universo.

“Hace apenas una década, usar las palabras ‘precisión’ y ‘cosmología’ en la misma frase era imposible, y el tamaño y edad del Universo apenas se conocía en un factor de dos”, dijo Freedman. “Ahora estamos hablando de precisiones de poco porcentaje. Es extraordinario”.


Fuente


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