Nuevas observaciones de Ceres llevadas a cabo con el instrumento HARPS, del Observatorio de La Silla, en Chile, han revelado una serie de cambios inesperados en las enigmáticas manchas brillantes que el planeta enano luce en varios puntos de su superficie. A pesar de que Ceres aparece como un simple punto brillante desde la Tierra, estudios detallados de su luminosidad han mostrado que ésta no cambia solo de la forma esperada y a medida que Ceres gira sobre sí mismo, sino que esos cambios afectan también a los extraños puntos luminosos, cuyo brillo varía continuamente de intensidad.
Ceres es el mayor de los cuerpos del Cinturón de Asteroides, un anillo de rocas de todos los tamaños que se encuentra entre Marte y Júpiter, y es, de hecho, el único objeto del cinturón que, con sus casi 1.000 km. de diámetro, merece el nombre de planeta enano. La sonda Dawn, de la NASA, lleva en la órbita de Ceres desde hace más de un año y ha elaborado ya detallados mapas de su superficie. Pero una de sus mayores sorpresas fue, precisamente, el descubrimiento de una serie de manchas muy brillantes y que son capaces de reflejar mucha más cantidad de luz que sus oscuros alrededores. La mayor de estas manchas luminosas se encuentra en el interior del cráter Occator y sugiere que Ceres podría ser un mundo mucho más activo que la inmensa mayoría de los asteroides que lo rodean.
Ahora, nuevas y extremadamente precisas observaciones llevadas a cabo con el espectrógrafo HARPS, instalado en el telescopio de 3,6 metros de La Silla, en el Observatorio Europeo del Sur (ESO), en Chile, han detectado, además de las variaciones de luminosidad esperadas y causadas por la rotación de Ceres sobre su eje, toda una serie de variaciones que nadie esperaba ver y que sugieren que el material que forma las manchas es volátil y se evapora cuando es iluminado por la luz del Sol.
Paolo Molano, astrónomo del Observtorio de Trieste, en Italia, y director de la investigación, cuenta que "Tan pronto como la sonda Dawn reveló la presencia de los misteriosos puntos brillantes en la superficie de Ceres, empecé a buscar la forma de encontrar parámetros que fueran medibles desde la Tierra. A medida que Ceres va rotando, las manchas se aproximan un poco a la Tierra, para alejarse después de nuevo y causando así una serie de variaciones que afectan al espectro luminoso de la luz que llega hasta nosotros".
Una rotación completa de Ceres tarda nueve horas, y los cálculos muestran que los efectos achacables al movimiento de las manchas durante esa rotación son muy pequeños, del orden de unos 20 km. por hora. Pequeños, pero suficientes para ser medidos, gracias al efecto Doppler, con los instrumentos de alta precisión de HARPS.
Un interior muy activo
El equipo capitaneado por Molano, en efecto, observó Ceres con HARPS durante algo más de dos noches, en Julio y Agosto de 2015. "Los resultados fueron sorprendentes -asegura por su parte Antonino Lanza, del Observatorio de Catania y coautor del estudio-. Encontramos, en efecto, los cambios en el espectro luminoso provocados por la rotación de Ceres, pero detectamos también otra serie de considerables variaciones que se producían al alternarse el día y la noche".
Los investigadores concluyeron que esos cambios podrían deberse a la presencia de sustancias volátiles que se evaporaban bajo la acción de la radiación solar. Cuando las manchas del interior del cráter Occator se encuentran en la cara iluminada por el Sol, forman penachos que reflejan la luz solar con mucha efectividad. Pero esos penachos se evaporan con rapidez, perdiendo reflectividad y produciendo los cambios observados.
El efecto, sin embargo, no es siempre el mismo y cambia también de una noche a otra, dando lugar a patrones aleatorios adicionales. Si esta interpretación se confirma, Ceres resultaría ser muy diferente a sus vecina Vesta y a los demás grandes asteroides del Cinturón. De hecho, y a diferencia de los otros, las evidencias sugieren que cuenta con un interior muy activo.
Se sabe que Ceres es muy rico en agua, pero aún no se sabe si el líquido elemento está o no relacionado con las manchas brillantes. Tampoco se conoce cuál puede ser la fuente de energía que hace aflorar continuamente material hasta la superficie.
La sonda Dawn continúa estudiando Ceres y observando atentamente sus misteriosas manchas brillantes. Y también desde los observatorios en Tierra los astrónomos no pierden de vista estas curiosas y extrañas formaciones brillantes. Pronto, según los científicos, el halo de misterio se desvanecerá para siempre.
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