8/10/08

Conceptos a nivel científico sobre la vida extraterrestre


En este apartado de nuestro blogg desarrollaremos diferentes conceptos sobre la vida extratterestre de índole inteligente.
Desde su origen como posibilidad cierta en las antiguas culturas, su búsqueda por diferentes métodos y las probabilidades "científicas" de su existencia y la posibilidad de que la vida en la Tierra no se halla generado en ella.
Consideraremos si la vida es una casualidad o un escenario más común de lo que creemos en nuestro universo.

La idea de la existencia de seres inteligentes originarios de otros mundos fuera de la Tierra es milenaria. Existen nociones de tal concepto en la religión y mitología del Antiguo Egipto, Babilonia y Sumeria. Aunque en tales culturas, sería difícil obtener una separación clara entre la idea de extraterrestre y la noción religiosa de dioses, espíritus o demonios habitando "otro mundo". Los primeros pensadores de la Cultura Occidental en argumentar sobre la existencia de otros mundos equivalentes al nuestro en naturaleza, y sistematizar la idea de un universo lleno de otros mundos habitados, fueron los griegos Tales de Mileto y Anaximandro en los VII y VI a. C. Los atomistas incluyendo a Demócrito retomaron dicha idea, ya que la consideraban un resultado inevitable de sus ideas, pues argüían que un universo infinito debería contener forzosamente infinitos otros mundos como el que conocemos. Sin embargo tales ideas eran refutadas por la cosmología aceptada como válida en dicha época: el geocentrismo ptolemaico, que privilegiaba a la Tierra sobre todos los astros.
La noción extraterrestre está también presente en el judaísmo, pues el Talmud afirma que existen al menos otros 18.000 mundos, pero sin elaborar sobre su naturaleza y sin definir si son físicos o espirituales.
En el Islam, hay un pasaje del Corán que alaba a Allah y lo proclama "Señor de todos los mundos", implicando la posibilidad de múltiples mundos habitados.

La pregunta de si la vida existe o no en alguna parte del universo además de la Tierra, es una hipótesis verificable y, por lo tanto, es una línea viable para la investigación científica. La astrobiología o exobiología es la rama de la ciencia que estudia esta área, la misma no pretende ser una disciplina científica pura, como lo son la física o la biología, sino que representa un esfuerzo multidisciplinario por parte de investigadores de distintas disciplinas para intentar responder preguntas sobre la vida basándose en el conocimiento de distintos campos científicos. Es una disciplina científica que intenta abarcar las más perspectivas posibles. Como sólo se tiene un ejemplo de vida, el conocido en la Tierra, la mayor parte del trabajo se basa en simulaciones y predicciones de las leyes fundamentales de la física y bioquímica o el conocimiento actual de la biología.
No hay evidencia científica definitiva por ahora de la existencia de vida cuyo origen no sea terrestre pero si grandes pruebas que nos alientan a seguir en el camino de la investigación y búsqueda de ella.

Principio de mediocridad
Debido a que el único ejemplo de vida en el universo que conocemos, es la vida en el planeta Tierra, los que se interesan en el tema siguiendo un enfoque racional, suelen seguir el principio científico de mediocridad, al afirmar que la vida en el planeta Tierra no es un caso especial, y por lo tanto la vida como la conocemos puede ser considerada un ejemplo típico de lo que la vida sería en todas partes. Esta presunción es relevante, pues determina fuertemente las acciones que emprenden los que buscan probar científicamente la existencia de la vida fuera de la Tierra. Dicho principio de mediocridad, pese a su estatuto de conjetura, permite incluso hacer algunas predicciones sobre los posibles atributos de la vida extraterrestre. En particular, se admite que existen atributos universales de la vida, por ejemplo, se acepta que la evolución darwiniana es universalmente válida, y que toda potencial criatura viviente debería sus características a un proceso de selección natural, tanto en la Tierra como en cualquier lugar del universo.
Existen otros atributos o características cuasi-universales en las especies que, al repetirse una y otra vez pero de diferentes formas en diferentes especies en la biosfera terrestre debido a la evolución convergente, se consideran como altamente probables en una hipotética biósfera alienígena. Cosas como la aparición de los sentidos, las extremidades adaptadas para diferentes medios, y muy probablemente la fotosíntesis cuando hablamos del reino Vegetal.
Existen otros atributos más particulares que muchas veces se dan por sentados, pero que según los expertos no lo serían, ya que no responden a una necesidad evolutiva mejor que otros y no se dan en todas las especies presentes en un mismo hábitat; por lo cual estos pueden variar o no existir. Órganos como la mano humana, o la posición de ojos, nariz y boca similar a la humana. También hay otros atributos, entre ellos por ejemplo el caso del esqueleto, que aunque se considera como una necesidad para criaturas de cierta talla, este podría ser muy diferente a lo que conocemos; así por ejemplo la columna vertebral, sería una invención terrestre, ya que no se presenta en todos los organismos del planeta tierra.

Hipótesis de la Tierra rara
En contraposición al principio de mediocridad, existen los que afirman que la vida en la Tierra no es un caso mediocre, y que las condiciones necesarias para su aparición son tan únicas y particulares, que bien puede ser posible que existan muy pocas, o incluso solo un planeta con vida en el universo: la Tierra.
Los ponentes de esta hipótesis notan que la vida en la Tierra, y en particular la vida humana, parece depender de una larga, y extremadamente afortunada cadena de eventos y circunstancias, que bien podrían ser irrepetibles incluso en la escala cósmica:
-Sin una Luna tan grande como la que tiene la Tierra, el planeta tendería a presentar una precesión mucho más importante, cambiando drásticamente de inclinación en su rotación, afectando de manera caótica el clima y muy posiblemente, imposibilitando la vida como la conocemos.
-Se mencionan también el hecho de que el Sol está en un lugar de la Vía Láctea que es relativamente libre de supernovas, en contraposición al centro galáctico.
-Que el Sol es del tamaño justo para dar energía suficiente, y durar lo suficiente, como para que la vida haya aparecido.
La existencia de un planeta del tamaño de Júpiter, como apuntan los autores del libro Rare Earth, en una órbita estable, casi circular, y a la distancia suficiente de la Tierra para atrapar numerosos cometas y asteroides que, de otro modo, terminarían impactando con el planeta arruinando todo tipo de vida incipiente.
Esas entre muchas otras casualidades que separadamente pueden parecer triviales, pero que juntas convierten a la Tierra en un lugar cósmicamente especial.
Sin embargo desde fines del siglo XX, producto de nuevos descubrimientos, tales como la existencia de moléculas orgánicas en el espacio, y el demostrado hecho que los planetas extrasolares son relativamente comunes, algunos entre los cuales (todavía por descubrir) podrían presentar condiciones factibles para la vida; han hecho esta hipótesis ya no sea compartida por buena parte de la comunidad científica.

En contraposición a la Hipótesis de la Tierra rara se puede argumentar que si es cierto todo lo que ella marca pero solo para la vida tal cual la conocemos en nuestro planeta. Las “casualidades” nombradas para favorecer la vida en la Tierra solo llevaron a aque la misma evolucione de la forma que la vimos. Algunos cambios en dichas cualidades solo hibiese provocado cambios evolutivos en la misma o haber llevado a que la vida en lugar de gestarse en la Tierra lo hubiese hecho en Venus o Marte.
Desde nuestra opinión consideramos la vida extraterrestre no como una casualidad sino como algo muy común en el universo y la misma no tiene porque ser como la conocemos en nuestro planeta.



Búsqueda de vida extraterrestre

Los científicos buscan vida extraterrestre principalmente de tres maneras:
-Búsqueda directa, es decir, la observación de vida microbiana o de cualquier tipo en los cuerpos celestes que la humanidad llegue a visitar.
-Detección indirecta, o la detección de características o marcas distintivas de la vida en cuerpos celestes a través de telescopios avanzados.
-Escucha de señales artificiales, que permitiría detectar verdaderas civilizaciones extraterrestres que emiten radiación electromagnética como un subproducto de su avance tecnológico.

Búsqueda directa
Debido a que los únicos cuerpos celestes que el ser humano puede en la práctica visitar son los de nuestro Sistema Solar, la búsqueda directa de vida extraterrestre se ha limitado a dicho sistema, principalmente a la búsqueda de vida microscópica ya sea fósil o activa. Sin embargo no todos los cuerpos del sistema solar se consideran como aptos para la presencia de vida. Actualmente se considera como posibles objetivos de búsqueda a: el planeta Marte, idea respaldada por las teorizadas similitudes pasadas y presentes entre la Tierra y ese planeta. Principalmente la ya confirmada presencia de agua en abundancia y una atmósfera densa en el pasado remoto. Estos hechos y la cercanía relativa de Marte han causado que sea el cuerpo celeste más explorado por la astrobiología: ya se ha buscando evidencia de actividad biológica en el planeta Marte durante las misiones Viking 1 y Viking 2 de la NASA, con resultados ambiguos pero por lo general considerados como negativos. Hay fuertes controversias sobre estas evidencias de existencia de vida microbial en Marte. Un experimento de la Viking Mars Lander informó de emisiones de gas desde el caliente suelo marciano que algunos arguyen son coherentes con la presencia de microbios. Sin embargo, la carencia de la evidencia de la corroboración de otros experimentos en la Viking Mars Lander indican que una reacción no biológica es la hipótesis más acertada.
Meteoritos provenientes de Marte que han caído en la Tierra: debido a la cercanía relativa entre Marte y la Tierra y la baja gravedad marciana, se acepta como un hecho que ciertos meteoros son rocas marcianas eyectadas por choques meteóricos mayores, que luego de vagar por millones de años en el espacio chocan por azar con nuestro planeta. El 6 de agosto de 1996 expertos de la NASA revelaron públicamente que un meteorito de ese tipo llamado ALH84001 encontrado en la Antártida, mostraba evidencia de posible actividad biológica microscópica, en particular restos parecidos a bacterias fosilizadas. Este estudio ha sido ampliamente debatido y criticado en sus conclusiones, manteniéndose hasta el día de hoy en la polémica.
La luna Europa de Júpiter: desde el paso de las misiones Voyager 1 y Voyager 2 se sospecha que Europa tiene un océano de agua salada de cientos de kilómetros de profundidad, bajo el hielo que cubre su superficie. Debido al hecho comprobado que las fuerzas de marea y la resonancia orbital provocan el calentamiento de Io (la luna mayor más cercana a Júpiter) y provocan volcanismo, se cree que Europa presentaría similar volcanismo, al ser la segunda en distancia justo después de Io; por lo tanto se cree que podría haber fuentes de calor y sustancias químicas vertiéndose en el hipotético océano.
La luna Encélado de Saturno. Durante la misión Cassini-Huygens de la NASA y ESA se descubrió que Encélado eyecta grandes cantidades de agua al espacio a través de grandes géiseres, revelando la presencia de un activo criovolcanismo y la muy alta posibilidad de reservorios de agua líquida bajo la superficie helada. Encélado es una sorpresa para la astrobiología y planetología pues nadie esperaba encontrar tal actividad en una luna tan pequeña, pero ahora los expertos consideran que podría ser incluso más factible que Europa como lugar de búsqueda de vida, pues creen que sus capas de hielo superficial son mucho más delgadas, haciendo más fácil acceder al agua subterránea.

Búsqueda indirecta
Debido a la recientemente adquirida capacidad de detectar directa e indirectamente planetas extrasolares o exoplanetas, alrededor de otras estrellas que el Sol, se ha generado un fuerte interés en la comunidad astronómica en descubrir mundos comparables en tamaño y propiedades a la Tierra, los cuales apenas empiezan a ser detectados. También hay un fuerte interés en la posibilidad de realmente observar tales mundos usando telescopios mucho más perfeccionados que los actualmente disponibles.
Actualmente sólo hay un ejemplo de observación directa de un planeta extrasolar; y aunque empieza a ser posible detectar planetas de talla equivalente a la Tierra en otro sistema planetario, obtener fotografías de ellos todavía no es posible, debido a que los instrumentos disponibles no son lo suficientemente sensitivos para separar el brillo de la estrella del de sus planetas. Eso puede cambiar en un futuro cercano, cuando telescopios como el Terrestrial Planet Finder de la NASA o el proyecto Darwin de la ESA entren en operaciones. Entre las funciones de tales dispositivos, está la de obtener fotografías de los planetas, y detectar propiedades fundamentales de los mismos, como su temperatura, y la presencia o ausencia de atmósfera así como su composición.
Existen quienes creen que tales métodos permitirían detectar mundos donde existan procesos biológicos comparables a los presentes en la Tierra. Idea respaldada por el hecho de que la luz que refleja nuestro planeta lleva consigo "marcas" que revelan la presencia de la vida, por ejemplo, la presencia de un alto nivel de oxígeno y ciertas variaciones del espectro infrarrojo, que revelan la presencia de vegetación.

Escucha de señales artificiales
Por otro lado, se ha teorizado que cualquier sociedad tecnológica estará trasmitiendo información: radiaciones electromagnéticas generadas por el hombre son detectables en un radio de más de 50 años luz de la Tierra, y están en constante expansión. SETI, Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (Search for Extraterrestrial Intelligence), analiza los datos recogidos por los grandes radiotelescopios y los analiza buscando pautas artificiales utilizando superordenadores y un gran proyecto de computación distribuida en el mundo, SETI@home.

Teoría de Panspermia y Transpermia
Es la teoría que sostiene que la vida en la Tierra proviene del espacio, especulando que la vida llegó de otros cuerpos celestes (quizás de planetas extrasolares) en forma de esporas, viajando en meteoros y polvo cósmico que serían arrojados al espacio por choques meteóricos. Existe una variante de esta teoría, que afirma que la vida es estrictamente originaria del Sistema Solar, pero que sí se difundió a la Tierra (o incluso, desde la Tierra hacia otros cuerpos) a través del mecanismo de esporas en meteoros, a esta teoría se le llama Transpermia.

Otra posibilidad sobre la vida extraterrestre es ya avanzar sobre terreno puramente especulativo, pero por que no?; pensar que existe una raza inteligente mucho mas avanzada que la nuestra, no es posible? O somos los únicos afortunados en el vasto universo? Pensemos únicamente que nuestro sol es solo un granito de arena de todas las playas de nuestro mundo, como decía el gran Carl Sagan…
Y de ser así; estaría muy equívoco pensar que esta raza pudiese manejar la clonación y alterar los genes de especies vivas y hacer con ellos cosas que ni imaginamos?
Entonces porque no suponer entonces que esta raza inteligente superior pudo hasta haber comenzado un experimento genético en nuestro planeta y haber sentado las bases para que la vida en la Tierra y nosotros mismos los humanos seamos una consecuencia de ello.
Cualquier tema relacionado es válido y cada uno debe sacar sus propias conclusiones.

Permitan entender por favor que solo este último desarrollo sobre la vida es suposición y nada mas que ello, y que esta idea no quita en lo absoluto la existencia de Dios mismo; si no mas bien todo lo contrario ya que su creación sería mucho mas perfecta aún.

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