Encuentro cercano con Fabio Zerpa - Diario Ambito

«Hay mucha gente en todo el mundo que quiere tratar de ir al encuentro con extraterrestres, y por eso suele ir a lugares en los que se tienen testimonios al respecto», explica Fabio Zerpa, que desde hace más de 30 años es el gran especialista latinoamericano sobre todo lo relacionado con objetos voladores no identificados, desde los «avistajes» a los «contactos», temas sobre los cuales lleva publicados una docena de libros. En la Fundación Disciplinas de Apertura, que él preside, organiza viajes a «lugares magnéticos y energéticos» y donde se ha señalado que transitan esas, según se dice, «enigmáticas naves»...

Periodista: ¿Existe un turismo relacionado con los ovnis?

Fabio Zerpa: Hay gente que visita esos lugares energéticos donde se da la presencia de esos aparatos extraterrestres. Por caso el «Triángulo de fuerzas de Córdoba», cuyos ángulos están en Cruz del Eje, la Laguna de Mar Chiquita (que es de agua salada porque según Ameghino allí aflora un canal que une los dos océanos), la base pasa por Carlos Paz y llega al Valle de Conlara, en San Luis, donde está un lugar tan magnético como Merlo. Este triángulo tiene como su epicentro el «Triángulo menor» con la cadena del cerro Uritorco, formado por Uritorco, Las Gemelas, el Pajarillo y Los Terrones, con la base por debajo de Capilla del Monte, que es su centro. Esos triángulos surgieron de una investigación que hicimos a fines de los años 60 con el gran antropólogo Guillermo Alfredo Terrero, basándonos en mitos de los Comechingones, una de las tribus protoarias que llegaron hace miles de años, pasando por el estrecho de Bering, desde Norteamérica hasta Córdoba.

P.: ¿Qué otras zonas existen en nuestro país?

F.Z.: Un lugar muy especial es la superficie en torno del Lago Fagnano en Tierra del Fuego, entre Río Grande y Ushuaia. En San Juan, el Leoncito tiene visualizaciones muy importantes. Malargüe y Uspallata en Mendoza son sitios muy activos en movimientos de objetos voladores no identificados. En toda La Pampa ha habido avistajes. En la esquina de San Miguel y Rondeau, en Victoria, Entre Ríos, está el Museo Visión Ovni, que dirige Silvia Pérez Simondini. Allí en los años 70 me convocaron como investigador por los acontecimientos que ocurrían. La gente va mucho a Victoria, y frente a esa ciudad, y en Santa Fe, al lado de Rosario, está Pueblo Esther donde hay testigos de innumerables ovnis. La Argentina es privilegiada en avistajes.

P.: ¿Qué pasa en otros países?

F.Z.: Chile tiene un lugar clásico, al que se va habitualmente, el Valle de Elqui, al lado de La Serena, lugar de prodigiosa serenidad donde se aquieta el tiempo. Allí vivió Lucila Godoy, es decir la poeta Gabriela Mistral. En Colombia está, a 60 kilómetros de Bogotá, la Laguna de Guatavita, de donde se han visto salir ovnis de su interior, y hay un famoso caso de la abducción del ingeniero de la ITT Enrique Castillo Rincón. En las leyendas de los chibchas que habitaron allí se habla de los dragones de fuego que salen de las aguas de la laguna camino a las estrellas, porque vienen de Las Pléyades. Está el famoso Triángulo de las Bermudas en el océano Atlántico entre las islas Bermudas, Puerto Rico y Fort Lauderdale en Florida, adonde la gente va a ver si siguen pasando cosas, y siguen pasando cosas, desapariciones de barcos y aviones que pasan a los mundos paralelos. Otro destino ovnilógico es en España el Golfo de Cádiz donde se han encontrado vestigios de la mítica Atlántida, continente hundido cuyas mayores montañas serían las islas Azores, las islas Canarias. Otro lugar privilegiado son las islas Baleares.

P.: El cine y la TV dieron fama al «incidente ovni de Roswell».

F.Z.: Atrae al turismo esa ciudad de Nueva México. Hay quienes no creen que se estrelló un ovni allí. Yo creo que fue uno de los 6 ovnis caídos en territorio de Estados Unidos. Son tantos los visitantes que en 1992 se fundó un museo que da información sobre ovnis, aliens y el «incidente» de Corona. No muy lejos está la enigmática base del Área 51 del Condado de Lincoln, en el Estado de Nevada.

P.: ¿Quiénes visitan esas zonas?

F.Z.: La mayoría es gente que quiere hacer contacto con extraterrestres. Por lo común se trata de los llamados «contactos programados», pero como la llave la tienen los extraterrestres, los encuentros a veces fallan. Yo tengo 46 viajes al Valle Sagrado y a Machu Picchu donde se hacen avistajes. Recuerdo que estaba con un grupo de viajeros, y Juan, un viejo conocido, cuidador de Machu Picchu, me dijo: «Fabio, anoche estuvieron sus amigos», y vi que cerca de uno de los santuarios había las huellas típicas: dos círculos de pasto completamente quemado.

Entrevista de Máximo Soto

Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=559198

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