Las estrellas como nuestro Sol y sus respectivos sistemas planetarios se forman a partir de las nubes de polvo y de gas interestelar frío y denso que se desploman sobre sí mismas bajo su propio peso. En un primer paso, el material se condensa formando “embriones” estelares llamados protoestrellas. Los detalles sobre cómo ocurren tales condensaciones, y en qué escalas de tiempo, no se conocen todavía demasiado bien. Por ejemplo, la materia de dichas nubes, ¿se precipita en caída libre hacia sus respectivos centros solo bajo el influjo de la gravedad, o este desplome se ve refrenado de manera significativa por otros factores? Los resultados de una nueva investigación aportan algo de luz a este misterio pero hacen surgir otro, ya que lo que revelan contradice a un modelo teórico muy aceptado.
A partir de observaciones hechas parcialmente desde un observatorio astronómico especial, instalado en un avión, y aplicando un nuevo método de determinación de edades, un equipo internacional de científicos ha hecho un descubrimiento sorprendente: La nube formadora de estrellas IRAS 16293-2422, situada a una distancia de unos 400 años-luz en dirección a la constelación de Ofiuco, tiene al menos 1 millón de años de edad, y sin embargo aún está creando estrellas parecidas a la nuestra. Esto se contradice con los modelos actuales, que predicen que la formación estelar debería proceder de forma mucho más rápida.
Los datos recolectados mediante el observatorio SOFIA han permitido determinar la edad del vivero de estrellas. (Imagen: Martina Markus & Oskar Asvany, NASA/Carla Thomas, C. Durán/ESO/APEX (MPIfR/ESO/OSO), ESO/Digitized Sky Survey 2/Davide De Martin, ESO/ L. Calçada, Bill Saxton, NRAO/AUI/NSF)
El observatorio aerotransportado con el que se han hecho parte de las observaciones es el SOFIA, por las siglas de "Stratospheric Observatory For Infrared Astronomy". Está instalado en un avión Boeing 747SP altamente modificado, e incluye un telescopio con un diámetro efectivo de 2,5 metros (unas 100 pulgadas). Realiza sus misiones de observación mientras vuela.
La investigación la han realizado especialistas de la Universidad de Colonia en Alemania, la de Helsinki en Finlandia, la de Leeds en el Reino Unido, el Instituto Max Planck de Radioastronomía en Bonn, Alemania, y el Instituto Max Planck de Física Extraterrestre en Garching, Alemania.
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