Andrei Linde (Moscú, 1948) reaccionó con emoción y euforia el año pasado, cuando los científicos del telescopio Bicep-2 afirmaron haber descubierto las ondas gravitacionales primordiales que darían un potente espaldarazo a la teoría de a inflación cósmica. No es de extrañar: este físico teórico, profesor de la Universidad de Stanford (EE UU), ha dedicado gran parte de su carrera a esta teoría que, aunque parezca “extraña y misteriosa”, como él mismo reconoce, ayuda a describir profundamente los primeros instantes del universo. Tan convencido está de que es correcta la inflación que no parece partícipe del desencanto general que provocó el descubrimiento de que aquellos datos de Bicep-2 estaban mal analizados y que las ondas gravitacionales primordiales seguían en el aire. Para Linde hay pruebas más que suficientes de que la teoría inflacionaria es correcta, que el cosmos recién nacido sufrió un descomunal crecimiento antes de formarse ni siquiera la primera partícula elemental. Linde participó la semana pasada en las jornadas sobre supercuerdas String Pheno, celebradas en el Instituto de Física Teórica (IFT-CSIC-UAM), en Madrid.
Pregunta. ¿Puede describir cómo sería esa fase inflacionaria del universo primitivo?
Respuesta. Antes de la teoría inflacionaria, se pensaba que el universo emergió como una gran explosión expandiéndose en todas las direcciones. Pero resultaba difícil explicar cómo sería una explosión suficientemente grande para producir todo el universo… y que las partes de universo ahora tan lejanas unas de otras fueran iguales. Entonces se descubrió que el universo habría emergido a partir de menos de un miligramo de materia: si esa materia era de un tipo especial, algo similar al llamado campo de Higgs, en un estado parecido al vacío, con una enorme cantidad de energía que crecería exponencialmente rápido para luego decaer. Solo después de esa fase de inflación se crearon las partículas elementales.
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P. ¿A partir de casi nada?
R. Si, aunque parezca extraño y misterioso… Esto de crear todo el universo a partir de prácticamente nada, de un miligramo de materia….. Parece ciencia ficción, un truco, pero es la teoría correcta. Una de las predicciones de esta teoría es que, tras esa expansión superrápida del universo, minúsculas fluctuaciones evolucionan hasta formar las galaxias. Y eso es lo que ha medido el satélite Planck: minúsculas diferencias de temperatura en el cielo, predichas por la teoría inflacionaria, que son el resultado de la amplificación de esas fluctuaciones de las primeras millonésimas de millonésimas de millonésimas de segundo después del Big Bang.
P. Al seguir en el aire las ondas gravitacionales primordiales cuya señal dijo Bicep-2 haber descubierto, ¿no sigue la inflación también en el aire?
R. Hay una percepción equivocada de esto. Antes de los datos de Bicep-2 del año pasado, ya teníamos muchos datos que confirmaban la inflación. Había ya datos de los satélites WMAP y Planck confirmando predicciones de la inflación con gran precisión. Si, además de ellos, se descubren las ondas gravitacionales primordiales, estupendo. Si no, sigue siendo OK porque tenemos muchos datos que la confirman. Es un error decir, como dijeron muchos periodistas, que no había pruebas experimentales de la inflación cósmica y que las ondas gravitacionales de Bicep-2 por fin eran una prueba.
P. Los científicos de Bicep-2 hicieron hincapié en esa cuestión de la inflación. Y luego sus datos resultaron no ser concluyentes en absoluto.
R. Si, esas cosas pasan. Exageraron sus resultados se reabrieron las incertidumbres sobre la inflación. Fue un error. Le pongo un ejemplo de la situación: teníamos varios modelos de inflación y muchos de ellos habían sido ya descartados experimentalmente antes de los datos de Bicep-2 porque había muchas otras vías de comprobar los modelos. Eso es normal en ciencia.
P. Ahora con el nuevo telescopio más avanzado, el Bicep-3, ¿Cree que se descubrirán por fin las huellas de las ondas gravitacionales primordiales?
R. No lo se, porque algunas teorías inflacionarias predicen ondas gravitacionales muy amplias, otras moderadas y algunas predicen ondas inimaginablemente pequeñas. Así que, si tenemos suerte y son grandes, entonces se podrían detectar; si tenemos menos suerte, tal vez en diez años; si tenemos todavía menos suerte, en 20 años…. Y si tenemos muy mala suerte puede que nunca se detecten porque puede que estén absolutamente fuera de los límites de sensibilidad de los experimentos. Pero insisto en que aún sin esas ondas gravitacionales, tenemos muchos datos experimentales de la inflación.
P. Desde luego ahora estará todo el mundo pendiente de los resultados de Bicep-3 y de sus análisis, que deberán ser impecables.
R. Si. Pero no hay que olvidar que los resultados de Bicep-2 son absolutamente fantásticos. Como experimento es de campeonato. Pero fueron demasiado rápido en su análisis e ignoraron la posibilidad de que hubiera mucho polvo en el universo, mientras que el equipo del satélite Planck no tuvieron mucha prisa en publicar sus resultados. Ahora han unido esfuerzos, así que [el error] no se va a repetir. Y puede haber algo nuevo porque la naturaleza esta llena de sorpresas. Si no descubren ondas gravitacionales, puede que lo hagan en los próximos diez años, y si no, seguiremos progresando al margen de ese aspecto particular.
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