Una vieja teoría de hace 50 años, que empezó como una especulación sobre cómo una supuesta civilización alienígena podría usar un agujero negro para extraer energía, acaba de ser verificada experimentalmente en un laboratorio de investigación de Glasgow. El estudio acaba de ser publicado en Nature Physics.
La idea original fue de Roger Penrose, el físico británico que nos enseñó, junto a Stephen Hawking, mucho de lo que sabemos sobre los agujeros negros. En 1969, Penrose sugirió que sería posible generar grandes cantidades de energía colocando un objeto en la «ergosfera» de un agujero negro, la capa más externa de su horizonte de sucesos. Claro que para poder permanecer allí, el objeto en cuestión tendría que moverse a velocidades relativistas, imposibles de alcanzar con nuestra tecnología.
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