La lluvia de meteoros de las Oriónidas alcanza su punto máximo en la madrugada del miércoles 21 al jueves 22 de octubre, solo cinco días después de la luna nueva, lo que significará un año excelente para el disfrute de estas «estrellas fugaces». Aquellos que cuenten con cielos despejados -cuestión que parece no ocurrirá en España por la llegada de la borrasca Bárbara- y poca contaminación lumínica pueden esperar ver hasta 30 meteoros por hora, lo que hace que se trate de una de las lluvias de meteoros más intensas y rápidas del año.
Las mal llamadas «estrellas fugaces» en realidad son partículas del cometa 1P / Halley, más conocido como el cometa Halley. Este famoso objeto pasa por la Tierra cada 75 a 76 años y, a medida que el cometa helado da la vuelta al sol, deja un rastro de escombros por el que la Tierra pasa cada año. Estos diminutos fragmentos de cometas, algunos tan pequeños como un grano de arena, entran en la atmósfera de la Tierra, convirtiéndose en meteoros. La fricción de la resistencia del aire hace que estos se calienten, creando un rastro brillante y ardiente comúnmente conocido como estrella fugaz. La mayoría de los meteoros se desintegran antes de llegar al suelo, aunque los pocos que chocan contra la superficie de la Tierra se conocen como meteoritos.
«Se pueden ver pedazos del cometa Halley durante las Eta Acuáridas (en mayo) y la lluvia de meteoros Oriónidas (en octubre y noviembre)», explica para a Space.com el experto en meteoritos de la NASA Bill Cooke.
Por su parte, el Observatorio de Astronomía del Instituto Geográfico Nacional (IGN) afirma que «la máxima actividad de la lluvia se espera que tenga lugar en la noche del 21 al 22 de octubre. Con una Luna acercándose a su fase de cuarto creciente, el mejor momento para la observación será la segunda parte de la noche, una vez que la Luna se haya puesto».
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