15/1/14

Una nube tres veces la Tierra, en ruta hacia el gran agujero negro de la galaxia

El brutal encuentro sucederá la próxima primavera, en el corazón de la Vía Láctea. Una colosal nube de gas con una masa tres veces superior a la de la Tierra que en estos momentos viaja en espiral por el espacio, será devorada sin remedio por el agujero negro supermasivo situado en el centro de nuestra galaxia, Sagitario A*, a más de 25.000 años luz de distancia de nuestro planeta, cerca de las constelaciones de Sagitario y Escorpio. Astrónomos de la Universidad de Michigan (EE.UU.) podrían ser los primeros en presenciar la colisión, según han anunciado en un comunicado.

La nube de gas, llamada G2, fue descubierta por astrónomos alemanes en 2011. En un primer momento, esperaban que el coloso alcanzara el agujero negro a finales del año pasado. Eso no ocurrió, pero la nube se encuentra cerca, a la deriva, por lo que el impacto puede producirse en los próximos meses. Los astrónomos nunca han visto nada como eso, y mucho menos desde un asiento de primera fila. «Todo el mundo quiere ver el evento, porque es muy raro», admite Nathalie Degenaar, investigadora del telescopio Hubble en el Departamento de Astronomía de Michigan.

La teoría dice que agujeros negros supermasivos se esconden en los centros de todas las galaxias elípticas y espirales. En comparación, el de la Vía Láctea es tenue, cerca de cien millones de veces más débil de lo que los científicos podrían esperar, pero probablemente de la variedad más común. «Creemos que los más débiles son la mayoría, pero es muy difícil estudiarlos -explica Degenaar-, simplemente no podemos verlos».

La colisión dará a los astrónomos una oportunidad única para ver cómo se alimentan estos agujeros negros supermasivos débiles, que tal vez por esa característica no consumen la materia de la misma manera que sus homólogos más brillantes en otras galaxias. Si bien los propios agujeros negros son invisibles y no permiten que la luz escape, el material que cae en ellos brilla en rayos-X .

Desde 2006, Degenaar y sus colegas han utilizado instrumentos de rayos X del telescopio espacial Swift de la NASA para observar no solo a Sagitario A*, sino también algunos agujeros negros más pequeños y estrellas de neutrones que también residen en el centro de la galaxia. Los investigadores confían en que este observatorio, el único que proporciona actualizaciones diarias en longitudes de onda de rayos X, junto a otros instrumentos que han desarrollado ellos mismos para analizar rápidamente los cambios en el brillo de los rayos X, puedan proporcionar la primera evidencia de la colisión. Un aumento repentino del brillo puede ser la señal del impacto.

Brillar durante años
Los astrónomos esperan ver un cambio en el brillo, desde luego, pero no saben hasta qué punto, porque no están seguros de qué es exactamente el objeto G2. Si solo es gas, la región brillaría en la banda de rayos X durante años mientras el agujero negro se traga lentamente la nube. Sin embargo, otra posibilidad es que G2 envuelva una vieja estrella. En ese caso, la visión será menos espectacular.

«Me encantaría que de repente Sagitario A* se convierta en 10.000 veces más brillante. Pero es posible que no reaccione mucho», afirma Jon Miller, profesor asociado de astronomía en la UM, que también trabaja en el proyecto. «Si Sagitario A* consume algo de G2, podemos aprender acerca de la acreción de los agujeros negros a niveles bajos, como si furtivamente se comiera un bocado de medianoche».

Degenaar recuerda la importancia de estudiar los agujeros negros, ya que tienen un papel clave en los ciclos vitales de las galaxias: cómo se forman las estrellas, su evolución, y cómo interactúan con otras galaxias.




Fuente


Web http://grupogabie.blogspot.com/


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