El cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko es famoso porque en él se encuentra, ahora, orbitando a su alrededor, la primera misión que va a aterrizar sobre un objeto de este tipo. La nave es Rosetta, situada a pocos km de la superficie de esta enorme roca de 4 km de largo.
Un pequeño módulo de la nave Rosetta aterrizará en el cometa en noviembre, pero, mientras, nos envía las imágenes más maravillosas y de alta resolución que tenemos de este tipo de cuerpos celestes. Lo más interesante de la misión hasta ahora ha sido la visualización en directo de la salida de partículas del núcleo del cometa, en forma de géiseres o jets.
Estas partículas diminutas, semejantes a polvo o vapor de agua, están asociadas a la sublimación del hielo en la superficie, es decir, el paso del estado del hielo sólido a gaseoso, sin pasar por líquido debido ya que los cometas no sopesan una atmósfera ni presión para mantener el agua líquida.
Este hecho ocurre cuando los cometas se aproximan al Sol, elevándose la temperatura de la superficie; es el caso del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko que se acerca al Sol, aunque lo hará a una distancia superior a la que está la Tierra de nuestra estrella.
Rosetta verá todos los cambios que ocurran en el núcleo del cometa, observará cómo desarrolla una cola y los expertos esperan que la sonda pueda aguantar sobre la superficie los cambios drásticos que se producirán en el cometa en su paso próximo al Sol.
No es fácil permanecer en la superficie de un cometa, ya que con el acercamiento al Sol, el suelo se resquebraja, se eyectan grandes cantidades de materiales al espacio desde decenas o cientos de géiseres para formar una cabellera (una envolvente gaseosa que rodea todo el cometa) y una larga cola que en muchos casos mide millones de km. Todo esto puede hacer que la nave sufra graves daños.La máxima aproximación al Sol ocurrirá el 25 de agosto de 2015. Es una de las mayores aventuras espaciales a las que se enfrenta la tecnología espacial.
El cambio de la órbita del cometa
Este cometa ha cambiado varias veces de órbita. Los cometas son muy propensos a ello, ya que sus masas son diminutas comparadas con la de los planetas y cuando los cometas pasan cerca de planetas gigantes como Júpiter o Saturno, la fuerza de gravedad de estos hace que las órbitas de los cometas varíen. Puede que la órbita se haga más grande o más pequeña o incluso pueden ser lanzados hacia otros planetas o alejarse para siempre del Sistema Solar.
El cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko tiene una órbita que lo acerca hacia el Sol, cada 6,6 años, pero esto no ha sido así siempre. ¿Cómo es posible que el cometa se descubriera en 1969, si pasa tan cerca del Sol? ¿Cómo no se ha descubierto antes? La respuesta está en que antes de 1840 el cometa era inobservable, ya que pasaba a una distancia de nuestra estrella de cerca de 600 millones de km, pero ahora lo hace a 193 millones de km.
Júpiter fue el responsable de “achicar” la órbita de este cometa. Tuvo dos encuentros cercanos con el planeta gigante, en 1840 y el último en 1959, y a partir de esta fecha tomó su órbita actual. Esta está comprendida entre las órbitas de Marte y la Tierra, llegando un poco más allá de la órbita de Júpiter.
Al haber estado durante toda su vida tan lejos del Sol -hasta ahora-, el cometa no ha sufrido cambios importantes desde que nació, por ello es un ejemplo inmejorable de estudio.
El viaje de Rosetta
La sonda Rosetta fue lanzada el 2 de marzo de 2004 al encuentro del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. Antes de llegar y para ahorrar combustible, tuvo que sobrevolar la Tierra tres veces y Marte una vez. Estuvo 957 días sin actividad ninguna, hibernando y hasta que no se aproximó lo suficiente al cometa, no fue “despertada”. La nave es un cubo irregular de aluminio de 2,8 x 2,1 x 2,0 metros y casi 3.000 de peso, con unos amplios paneles solares.
La nave principal quedará orbitando alrededor del cometa, mientras que un pequeño módulo de aterrizaje (Philae) aterrizará en la superficie para el estudio in situ del suelo cometario, esperando conocer los primeros instantes de la formación del Sistema Solar, ya que los cometas son reliquias de la construcción de nuestro sistema planetario, cápsulas del tiempo. El aterrizador perforará la superficie para el estudio de muestras. No sin antes haber clavado sus patas sobre el terreno y agarrase firmemente al cometa, ya que éste tiene una gravedad prácticamente nula. La misión finalizará en diciembre de 2015.
Además se estudiará el interior del cuerpo celeste mediante ondas de radio. La piedra Rosetta sirvió para descifrar los secretos de los jeroglíficos egipcios, la sonda Rosetta servirá para desvelar gran parte de los misterios de nuestros Sistema Solar.
La sonda Rosetta es una nave de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Miguel Gilarte Fernández es el Director del Observatorio Astronómico de Almadén de la Plata (Sevilla) y Presidente de la Asociación Astronómica de España.
Fuente
Web http://grupogabie.blogspot.com/
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