Los eclipses de Luna, por definición, se producen solo en luna llena, momento en el cual la Luna se encuentra opuesta al Sol, con la Tierra entre medio. La razón por la cual no hay eclipses lunares en cada Luna llena es producto de la inclinación de la órbita lunar (5.1º), haciendo que la geometría adecuada para un eclipse sea menos común. Si la Luna cruza la eclíptica (la línea por la cual se desplaza el Sol en su recorrido anual por el cielo) al estar en fase llena, se produce un eclipse.
El siguiente gráfico ilustra las diferentes partes del eclipse, con sus correspondientes horarios en tiempo universal (UT, restar 3 horas para obtener la hora en Buenos Aires)
Tener en cuenta que la fase penumbral no es observable desde el comienzo, y debe pasar alrededor de 30 minutos antes de que comience a notarse cierto oscurecimiento. Para los observadores atentos, al avanzar la umbra sobre el disco lunar quizás noten una curiosa tonalidad azulada alrededor del borde de la umbra. Se trata de luz azul refractada por el ozono en las capas altas de la atmósfera de la Tierra.
Datos Rápidos
¿El eclipse podrá verse en Argentina, Chile, Uruguay y la región en general?
SI, el eclipse podrá verse de manera completa en toda América.
¿Qué día es el eclipse de septiembre?
En la noche que va del 27 al 28 de septiembre.
¿A que hora empieza el eclipse?
La parte más interesante (la entrada en la umbra, cuando la Luna comienza a ponerse roja) se inicia a las 01:07 UT (22:07 hora de Argentina). Para convertir la hora UT a la hora local, debe utilizarse el Huso Horario del páis en cuestión (ej: Argentina, restar 3 horas). Podrá notarse un oscurecimiento a un lado de la Luna desde varios minutos antes.
¿A que hora es el máximo?
A las 02:48 UT (23:42 hora de Argentina)
La Luna Roja
Durante la fase de totalidad en un eclipse total de Luna, la Tierra bloquea por completo la luz directa del Sol sobre la superficie lunar. Aún así la Luna aparece con su característico tinte rojizo, en vez de desaparecer en la oscuridad total de la sombra. Esto se debe a la refracción (desvío) de la luz del Sol en la atmósfera de la Tierra, la cual tiene unos 80 km de espesor. La atmósfera dispersa principalmente las longitudes de onda (los colores) más azules de la luz del Sol (de allí que el cielo sea azul), mientras que la porción más roja no se ve tan afectada, y así alcanza la superficie de la Luna, dándole el color rojo a los eclipses, un rojo que representa todos los atardeceres y amanecers del mundo. Vista desde la Luna, la Tierra durante un eclipse total se vería rodeada de un anillo de luz rojizo, con el Sol detrás del planeta.
El eclipse es observable a simple vista, con binoculares y con telescopios. Usualmente las vistas más bonitas se obtienen al observar el disco lunar completo y ver así el avance de las diferentes etapas del eclipse. A su vez, es posible fotografiarlo. En caso de desear adquirir imágenes con telescopio, tener en cuenta que para los momentos de totalidad (la luna roja) suele requerirse de al menos unos segundos de exposición, con lo que el telescopio debe estar realizando un relativamente buen seguimiento para que la imagen no salga movida.
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