14/11/11

Cadenas de aminoácidos en el espacio podrían sembrar la vida


El descubrimiento de hasta trece bandas interestelares difusas con las longitudes de onda más largas hasta el momento podría algún día resolver un misterio de hace 90 años. Astrónomos han identificado estas bandas a partir de datos recogidos por el telescopio Gemini North a partir de estrellas en el centro de la Vía Láctea.
La revista 'Nature' informa en su web de estas conclusiones, que apoyan ideas recientes sobre la presencia de grandes moléculas orgánicas 'portadoras' basadas en carbono escondidas en las nubes de polvo interestelar.


"Estas bandas difusas interestelares (DIB) nunca se habían visto antes", dice Donald Figer, director del Center for Detectors en el Rochester Institute of Technology y co-autor del estudio. "Los espectros de las estrellas tienen líneas de absorción porque el gas y polvo a lo largo de la línea de visión de las estrellas absorben parte de la luz."

"Las ideas más recientes son que las bandas difusas interestelares son moléculas de carbono relativamente simples que transportan moléculas, similares a los aminoácidos", continúa. "Tal vez son cadenas de aminoácidos en el espacio, lo que apoya la teoría de que las semillas de la vida se originaron en el espacio y cayeron sobre los planetas."

"Las observaciones en las diferentes líneas de visión galáctica indican que el material responsable de estos DIB 'sobrevive' en diferentes condiciones físicas de temperatura y densidad", añade Paco Najarro, científico del Departamento de Astrofísica en el Centro de Astrobiología en Madrid.

Las líneas de baja absorción de energía que Figer y sus colegas han descubierto proporcionan restricciones para determinar la naturaleza de las bandas difusas interestelares. Los futuros modelos teóricos que predicen las longitudes de onda absorbidas por estas misteriosas partículas deben ahora adaptarse a estas bajas energías, advierte Figer.

"Hemos visto las mismas líneas de absorción en el espectro de cada estrella", dice Figer. "Si nos fijamos en las características de la longitud de onda exacta, podemos averiguar qué tipo de gas y polvo está absorbiendo la luz entre nosotros y las estrellas".

Las bandas difusas interestelares han sido un enigma desde su descubrimiento inicial de 90 años. Las 500 bandas identificadas antes de este estudio en su mayoría se producen en longitudes de onda visibles y del infrarrojo cercano. Las líneas observadas no coinciden con las líneas previstas de moléculas simples y no se puede fijar a una único transportador.

"Ninguna de las bandas difusas interestelares ha sido convincentemente identificada con un elemento específico o una molécula, y de hecho, su identificación, individual y colectivamente, es uno de los mayores desafíos en la espectroscopia astronómica", dice el autor Thomas Geballe, del Observatorio Gemini. "Estudios recientes han sugerido que los portadores de las DIB son grandes moléculas que contienen carbono."

El estudio de las emisiones más poderosas puede llevar a una comprensión de su origen molecular. Algún día, los laboratorios de espectroscopia podrían ser usados para identificar en infrarrojo las bandas interestelares difusas. Nadie ha tenido éxito aún en la reproducción de las bandas interestelares en el laboratorio, señala Figer, debido a la multitud de posibilidades y la dificultad de reproducir las temperaturas y presiones que el gas iba a experimentar en el espacio.

Fuente: ep

Web http://grupogabie.blogspot.com/

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