El hombre está preparado para completar un viaje hasta Marte

Asi lo aseguró Daniel Vigo, el científico argentino que participó del proyecto Mars 500.


El encierro terminó y tras 520 días aislados en una cápsula de 180 metros cuadrados, con la misma composición del aire, presión y nivel de ruido que en una nave de verdad, los 6 voluntarios del proyecto Mars 500 “regresaron” a la Tierra y relataron sus experiencias.
El experimento que culminó en el Instituto de Problemas Médicos y Biológicos (IMBP), en Moscú, fue el mayor simulacro de odisea interplanetaria . Para los responsables de la misión, la agencia espacial rusa Roscosmos y la Agencia Espacial Europea (ESA), fue “un éxito” .
Y si bien todos llegaron sanos y salvos, los resultados del grupo deberán ratificarse en las próximas semanas con exámenes exhaustivos. El investigador argentino del Conicet, Daniel Eduardo Vigo, cuya tarea fue analizar los datos psicofisiológicos de los astronautas, contó a Clarín que “la primera respuesta del experimento Mars500 es que, en cuanto al efecto del confinamiento, el hombre está preparado para completar un trayecto tan extenso ”, hasta Marte.
Sobre las secuelas, Vigo dice “el estado psicológico de un individuo presenta aspectos complejos que se describen en sentimientos como alegría o tristeza, alerta o sueño, abatimiento o euforia, calma o exaltación. En esta prueba piloto se observó que el ánimo disminuye hacia la primera mitad del periodo , para aumentar hacia el final. Las consecuencias a futuro de estos astronautas son una incógnita, si bien sabemos que ninguno padeció episodios de gravedad ”.
Estar en un espacio reducido tensa hasta los más espirituosos. Para prevenir los efectos del encierro se recurre a diferentes protocolos. “En Mars 500 se estudió el efecto del entrenamiento con ejercicios sobre una plataforma vibratoria, que se basa en la estimulación de estructuras neuromusculares como respuesta a la vibración, lo que mejora el rendimiento físico”, dijo Vigo.
En el interior de los 5 módulos ninguno de los tripulantes vio la luz solar en 17 meses . Podían cambiarse de ropa cada tres días y darse una ducha cada 10. Estaba claro que cualquier malentendido podía desatar una tormenta . Para evitar confrontaciones la tripulación optó por distintos métodos de evasión.
El biólogo oriental Wang Yue practicaba caligrafía china y enseñaba proverbios a sus compañeros; el francés Romain Charles afinó la guitarra para entonar la canción que se convirtió en el himno de los viajeros, Rocket Man de Elton John. Mientras que el tridente ruso (Alexander Smoleevskiy, Alexey Sitev, Sukhrob Kamolov) desafiaban a quien sea a las partidas del videojuego Counter Strike .
El más locuaz resultó el ítalo colombiano Diego Urbina, que leyó varias novelas de su compatriota Gabriel García Márquez y destacó como su preferida El amor en tiempos de cólera . “Viajar a Marte es un paso necesario para convertirnos en una especie interplanetaria. Tenemos que expandirnos”, destacó. “ La situación más difícil se dio al principio , pero cuando logramos una rutina de trabajo diaria y nos acostumbramos al otros se hizo más llevadero”, agregó Urbina.
El médico de la tripulación, Sukhrob Kamolov, a modo de anécdota, dijo que “la convivencia era entre personas de diferentes culturas, que se comunicaban en una mezcla de ruso e inglés que han dado en llamar rusglés ”.
Mientras que el director científico del programa, Alexander Suvorov, indicó que “muchas veces, aquellos tripulantes que no recibían noticias de sus seres queridos, creó una sensación de celos entre los que los que sí obtenían más a menudo”.
Otro punto de conflicto fue la sensación de iniquidad durante el reparto de las tareas de rutina. “Los psicólogos asistieron a conflictos que surgían entre el equipo y los responsables de la misión porque la carga de trabajo no siempre parecía distribuía con igualdad”, señaló Suvorov.

Fuente: Clarin

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