Comparada con otras galaxias, nuestra Vía Láctea es bastante tranquila. Las galaxias activas tienen núcleos que brillan intensamente, en un espectáculo de "pirotecnia" cósmica energizado por agujeros negros supermasivos. Estos agujeros negros absorben grandes cantidades de material de su entorno, y a menudo hacen que desde sus inmediaciones, en los "polos", se emitan haces gemelos en direcciones opuestas. En cambio, el centro de la Vía Láctea muestra poca actividad. Pero nuestra galaxia no siempre fue tan pacífica. Nuevas evidencias de la emisión pretérita de dos chorros de rayos gamma sugieren que el agujero negro central de la Vía Láctea fue mucho más activo en un pasado relativamente reciente.
El equipo de los astrónomos Meng Su y Douglas Finkbeiner, del Centro para la Astrofísica (CfA) en Cambridge, Massachusetts, gestionado conjuntamente por la Universidad de Harvard y el Instituto Smithsoniano, en Estados Unidos, ha analizado los débiles pero delatadores vestigios de dos haces que debieron ser emitidos desde el centro de la galaxia a consecuencia de fenómenos promovidos por una actividad intensa de absorción de materia a cargo del agujero negro supermasivo que se oculta en el núcleo galáctico. Los resultados del análisis sugieren que ese agujero negro estuvo muy activo en un pasado astronómicamente reciente, acaso tan sólo un millón de años atrás.
Los dos haces, o chorros, fueron detectados gracias al telescopio espacial Fermi de la NASA. Se extienden desde el centro de la galaxia hasta una distancia de 27.000 años-luz por encima y por debajo del plano galáctico. Estos son los primeros chorros de rayos gamma de este tipo que se han encontrado y los únicos que están lo bastante cercanos como para ser observables mediante el Fermi.
Los chorros recientemente hallados pueden estar relacionados con las misteriosas burbujas de rayos gamma detectadas por el Fermi en 2010. Las burbujas también se extienden hasta 27.000 años luz desde el centro de la Vía Láctea. No obstante, si bien las burbujas son perpendiculares al plano galáctico, los chorros de rayos gamma están un poco inclinados, concretamente en un ángulo de 15 grados. Esto puede derivar de una inclinación afín del disco de acreción alrededor del agujero negro supermasivo.
El disco de acreción central se puede "deformar" a medida que desciende en espiral hacia el agujero negro, bajo la influencia de la rotación del mismo. El campo magnético presente en el disco acelera al material del chorro a lo largo del eje de rotación del agujero negro, que puede no estar orientado en perpendicular con el plano galáctico con la Vía Láctea.
Las dos estructuras también se formaron de manera diferente. Los chorros se produjeron cuando el plasma fue expulsado desde el centro galáctico a raíz de la acción de un campo magnético en forma de sacacorchos que lo mantuvo fuertemente orientado. Las burbujas de rayos gamma probablemente fueron creadas por un "viento" de materia caliente soplado hacia el exterior desde el disco de acreción del agujero negro. Como resultado, son mucho más amplias que los estrechos chorros.
Fuente
Web http://grupogabie.blogspot.com/
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