15/11/12

LA NUEVA INQUISICIÓN

Nuestros colaboradores Eduardo Grosso y Flotta Liliana nos relatan a continuación la experiencia vivida por ellos en una institución astronómica aqui en Capital Federal.
Una triste realidad que engloba a la mayoría de los científicos, no todos, que no pueden ver mas alla de sus ojos y con su pensamiento limitan a los tantos niños que concurren a esta institución. 
Lo damos a conocer para que aquellos que concurran al Planetario de la ciudad de Buenos Aires sepan que pueden encontar pensamientos conservadores y rígidos.

INTRODUCCION
                Qué difícil se nos hace ser ufólogos. No importa que exhibamos una licenciatura universitaria o un doctorado, o seamos simplemente una persona de buena fe, curiosa, intrigada por los enigmas de nuestro universo, para muchas personas, los apasionados por los ovnis somos simplemente un paria desequilibrante de la sociedad.
                Hasta hace poco asistíamos con mi esposa a un curso de Astronomía en nuestro querido Planetario Galileo Galilei de Buenos Aires, un curso muy bueno por cierto, pero lamentablemente, después de mostrar una fotografía de Venus emergiendo sobre el cerro Uritorco, el profesor, sin razón ni motivo, comenzó su perorata sobre los ufólogos, “esa gente charlatana, chanta y embaucadora”, y todo esto frente a más de doscientas personas.
                No es la primera vez que nos pasa ni va a ser la última. Por eso me motivó a escribir esta pequeña nota: “La nueva Inquisición”, que gentilmente el grupo GABIE edita en sus páginas.
                
Muchas gracias.

Lic. Eduardo Grosso


LA NUEVA INQUISICIÓN


Me gusta la ciencia, sus principios, teoremas, axiomas y las técnicas para corroborar los resultados teóricos.
            También he idealizado a los científicos, como personas abiertas a nuevos descubrimientos, sin importar lo extraño que parezcan los temas. La Teoría de la Evolución, la Relatividad, el descubrimiento del Código Genético, la Física Cuántica, la Deriva Continental, la Materia y la Energía Oscura, etc, etc.  Podríamos hacer una lista interminable de conceptos que en su momento parecían carentes de toda lógica y hoy, son universalmente aceptados.

            Siempre creí que vivir en el siglo XXI nos permitiría exponer libremente nuestras ideas e investigaciones.

            Pero éste no es un mundo perfecto, y a pesar de los adelantos del pensamiento humano, ser ufólogo sigue siendo perjudicial en esta sociedad que vivimos.

            Tuve dos grandes maestros en mi vida ufológica: Fabio Zerpa y Roberto Banchs, tal vez los dos ufólogos mas gravitantes del quehacer nacional. Y a pesar de estar ellos en veredas distintas de pensamiento, sin embargo, ambos me dieron el mismo consejo: para saber de ovnis, hay que leer mucho material científico de todo orden. Cuanto más sepamos mejores ufólogos seremos.

            Con mi esposa Liliana Flotta, también investigadora, nos hemos preocupado y ocupado de no perder ninguna conferencia científica, independientemente del lugar donde esta ocurra en la ciudad de Buenos Aires o en los alrededores. Y a veces nos hemos llevado desagradables sorpresas.

            El tema ovni sigue siendo tabú para muchos científicos y peor aún, para aquellos aficionados o negativistas que se creen grandes científicos.

            Hace pocos días, no importa la institución ni el nombre del conferencista, de pronto salió a la luz el tema de los ovnis y su cohorte de seguidores anticientíficos, chantas y embaucadores. “Ningún astrónomo profesional, ni aficionado, ni siquiera un testigo serio ha visto algo extraño en el cielo, Fabio Zerpa no existe”. Estas fueron algunas de las palabras de quien en ese momento tenía la batuta de la conferencia.

            Como también soy un profesional universitario y tengo buena educación, esperé que terminara la charla para hablar, en voz baja y con recaudos, con el iracundo conferencista. Le expliqué, como pude, que el Padre Benigno Reyna, Director del Observatorio Adhara de San Miguel, fue uno de los primeros astrónomos argentinos en fotografiar ovnis, y a nivel mundial el Dr. Joseph Allen Hynek (astrónomo consultor de la Fuerza Aérea de EEUU) y el Dr. Jaques Vallee (astrofísico, creador del primer mapa de Marte) fueron los que marcaron el rumbo de cómo investigar el fenómeno. “¿Quiénes son esos?, no tienen relevancia científica”, me retrucó. Ni siquiera me atreví a mencionar que yo adhería a la teoría extraterrestre y traté de convencerlo que era interesante investigar, tal vez, como manifestación de un fenómeno físico, geológico, electromagnético o simplemente meteorológico. Sin embargo….. Si hubiera podido con su pensamiento, nos hubiera linchado y quemado en la pira como hizo la Inquisición con Giordano Bruno y con miles de personas inocentes, después de martirizarlos, tal vez simplemente por tener otras creencias o manifestaciones culturales.

            Lamentablemente esta ha sido una constante que hemos encontrado innumerables veces. ¿A qué se debe? ¿Cuál es la razón de tal ensañamiento?

            Es difícil dictaminar, no soy psicólogo. Pero no puedo dejar de pensar que se le tiene miedo al tema. Se teme al ridículo o a menoscabar el conocimiento establecido más que a la propia muerte. ¿Es tan difícil aceptar nuevas realidades? Se habla de múltiples universos, de cuerdas cósmicas, de viajar en el tiempo y por otro lado ¿No se acepta que pueda ver un fenómeno desconocido? ¿Cuesta tanto creer a los testigos, algunos de ellos, altamente calificados? ¿Y los radaristas, los astronautas, los pilotos, son todos tontos o alucinados?

            La verdad es que me sentí muy dolido. Puedo ser un buen o mal profesional, un investigador aceptable o no, un marido diligente o desaprensivo, nadie es perfecto, lo admito. Pero no tengo por que bancarme que alguien, sin conocerme (sin conocer a los ufólogos) me llame “chanta” o “embaucador”. No hay razón para ello.

            Estar en un estrado no te da autoridad ética o moral por sobre los demás, y creo que los representantes de la ciencia “dura” deberían considerarlo.

            No estamos en el siglo diez y siete para que nos digan que podemos decir o que debemos pensar. Las ideas no se matan, expreso Sarmiento. La idea retrógrada y absolutista de la Inquisición está enquistada en muchas instituciones. Parece que si no pensás igual no tenés derecho a existir. Una lástima. Torquemada estaría sumamente feliz.

            La historia de la investigación científica está plagada de estas aberraciones de pensamiento, pero por suerte, al final, la verdad siempre sale a la luz.



Gracias Eduardo y Liliana por compartir esta no grata experiencia pero necesaria de ser divulgada.

Fuente: Web http://grupogabie.blogspot.com/ Pertenecientes a las redes de investigación R.a.d.i.o.: Red Argentina de Investigación Ovni R.a.a.o.: Red Argentina Alerta Ovni Seti Home

1 comentario:

Olga Paxz dijo...

Soy Olga, he leído detenidamente vuestro relato, creo que a todos los aficionados al tema nos ocurre lo mismo. Desde mi punto de vista , solo es miedo, tanto tiempo apoyándose en la infalibilidad de los postulados científicos, no sea cuestión que un montón de "orates", en los que me incluyo, les vengamos a derribar sus verdades asumidas.Saludos.

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