Una investigación indica que en la infancia de la Tierra, el intenso bombardeo meteorítico que sufrió nuestro mundo le proporcionó fósforo lo bastante reactivo para ser incorporado en moléculas prebióticas cuando llegaba al agua.
Los autores del estudio han documentado la existencia de fósforo en piedras calizas que datan de aquellos tiempos, mostrando que era abundante hace unos 3.500 millones de años.
El equipo del geólogo Matthew Pasek de la Universidad del Sur de Florida, en Tampa, Estados Unidos, y sus colegas de la Universidad de Washington en Seattle, del mismo país, así como del Centro de Innovación del Carbono en Edimburgo, Escocia, han llegado a la conclusión de que los meteoritos aportaron fósforo en forma de minerales que no se ven hoy en la superficie de la Tierra, y estos minerales se corroyeron en el agua liberando el fósforo en un forma que solo existió en los primeros tiempos de nuestro planeta.
Ese fósforo fue un componente esencial para crear las primeras formas de vida. "Si el fósforo de los meteoritos es agregado a compuestos orgánicos simples, puede generar biomoléculas de fósforo idénticas a las que vemos en nuestros días", comenta Pasek.
El descubrimiento responde una de las preguntas más importantes para los científicos que tratan de desvelar los procesos que dieron lugar a estas primeras formas de vida, y que es una pregunta que casi todos nos hemos hecho alguna vez: Si del medio geoquímico se pudo forjar vida hace varios miles de millones de años, ¿por qué no vemos hoy crearse nuevas formas de vida a partir de la geoquímica moderna?
La investigación proporciona una respuesta clara y creíble: Las condiciones bajo las cuales surgió la vida hace miles de millones de años ya no están presentes en la actualidad. La química del fósforo en la Tierra primigenia era muy diferente a la actual.
El equipo de investigación sacó sus conclusiones tras examinar muestras de núcleos extraídos de Australia, Zimbabwe, Virginia Occidental, Wyoming y Avon Park en Florida.
Investigaciones previas han demostrado que antes de que surgieran las actuales formas de vida basadas en el ADN y el ARN, las primeras formas de vida conocidas que existieron usaban exclusivamente ARN. Lo que ha venido intrigando a la comunidad científica es cómo esas primigenias formas de vida basadas en ARN sintetizaban el fósforo de su medio ambiente, pues el fósforo, en su estado natural actual, es relativamente insoluble y poco reactivo.
La nueva investigación ofrece una respuesta capaz de esclarecer el enigma:
Los meteoritos habrían proporcionado fósforo reactivo en forma de un mineral conocido como schreibersita, rico en fosfuro de hierro y níquel, y que en contacto suficiente con el agua liberaba fosfito, un compuesto soluble y reactivo. El fosfito es la sal que los científicos creen que pudo ser incorporada de manera decisiva en las moléculas prebióticas.
En la investigación también han trabajado Jelte P. Harnmeijer, Roger Buick, Maheen Gull y Zachary Atlas.
Fuente
Web http://grupogabie.blogspot.com/
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