Mientras el anterior record sin grandes llamaradas X quedó establecido en los "5 años y 4 días", en el periodo verificado entre la X9 de 2 de Noviembre de 1992 y la X9.4 del 6 de Noviembe de 1997, y en 2012 había quedado superado ya por un año, ahora se confirma su superación por más de dos, nuevo record relativo.
Si el pasado 5 de Diciembre recordábamos el séptimo aniversario desde la última gran llamarada solar en la escala X9 o superior, ahora, a punto de cerrarse ya el año este próximo martes, parece confirmarse, además, el nuevo record de tiempo sin nuevas X9 en la cara orientada a la Tiera del sol, establecido por este año 2013 que nos deja: "7 años y 26 días", el mayor periodo de tiempo registrado en las últimas décadas de observaciones del clima espacial.
Así, mientras el anterior record sin grandes llamaradas X quedó establecido en los "5 años y 4 días", en el periodo verificado entre la X9 de 2 de Noviembre de 1992 y la X9.4 del 6 de Noviembe de 1997, y en 2012 había quedado superado ya por un año, ahora se confirma su superación por más de dos, nuevo record relativo.
"Es claro que cuanto más se prolonga un nuevo record más juegan en su contra estadística y probabilidad, más fácil es que concluya en vez de que se prolongue", señalan desde el Observatorio del Clima Espacial "pero antes o después tendremos nueva actividad X9 y, si atendemos al carácter contracíclico de las últimas treinta X9 de los últimos casi 40 años, - 21 de las cuales se produjeron despés de su máximo solar, en especial en los 24 meses siguientes -, parece razonable esperar algún fenómeno e esa escala, al igual que en todos los ciclos anteriores.
En ese momento es cuando tendremos que estar al tanto de si tambien se vuelve a tratar de CMEs no geoefectivas, o solo parcialmente, como en los grandes eventos de los ciclos anteriores, o no. Años de observación del clima espacial en este ciclo solar 24 al final se reducirán a esos momentos, a verificar geoefectividad, velocidad en los 2000 kilómeros por segundo y otros factores.
"Lo que está claro es que en los próximos años, antes o después, la industria eléctrica y nuclear mundial tendrán que asumir que el clima espacial es una realidad objetiva con la que habrá que terminar lidiando renunciando temporalmente a parte de sus beneficios para abordar fuertes inversiones en las nuevas medidas necesarias para proteger la red, por pura sensatez.
Al final estamos hablando de una tensión entre intereses de tipo lucrativo de un puñado de grandes corporaciones y sus grandes accionistas, muchas veces otras sociedades, frente a la adecuada salvaguarda de derechos indisponibles del conjunto de los miembros de la sociedad, como son los derechos a la integridad, a la vida, a la seguridad o a la protección del medio ambiente. Y en este otro sentido también, antes o después, terminará imponiéndose el mayor peso de todo lo segundo; esperemos que -aquí sí-, sea "antes".
Fuente
Web http://grupogabie.blogspot.com/
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