La Agencia Espacial Europea (ESA) desea que sus misiones en Marte dispongan de vehículos con una mayor movilidad y una mejor maniobrabilidad, algo difícil para robots con ruedas en un mundo donde obviamente no hay carreteras. Los robots con ruedas enviados al Planeta Rojo tienen un diseño especial que les permite superar bastantes obstáculos y desniveles, pero si se quiere ir más allá de sus capacidades hay que buscar diseños del todo alternativos, que no dependan de que un terreno sea razonablemente llano para poder avanzar por él. Los robots con patas son una opción muy estudiada, aunque también hay otros diseños. Uno de estos es la de los robots serpiente, para los que se pretende emular la extraordinaria capacidad de los ofidios de reptar por sitios que difícilmente otros animales podrían alcanzar o atravesar.
El equipo de Pål Liljebäck y Aksel Transeth, de la SINTEF (Fundación para la Investigación Científica e Industrial), una organización noruega que es la mayor organización independiente de investigación en los países escandinavos, trabaja en un estudio de viabilidad encargado por la ESA.
La ESA y los investigadores de la SINTEF creen que mediante la combinación entre un robot con ruedas más o menos tradicional que pueda circular a grandes distancias, y un robot serpiente capaz de arrastrarse por el suelo y llegar hasta lugares de difícil acceso, se pueden abrir muchas más posibilidades que las disponibles actualmente.
Robotnor, un centro noruego de investigación y desarrollo en robótica, que se nutre de personal de la SINTEF y de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU) ha asumido buena parte del trabajo.
Hasta el momento, cuatro robots móviles de la NASA han aterrizado y funcionado en Marte. Estos son, en líneas generales, robots que funcionan con energía solar, tienen seis ruedas y disponen de brazos robóticos capaces de tomar muestras de suelo. El Sojourner aterrizó en 1997, el Spirit y el Opportunity lo hicieron en 2003, y el robot por ahora más avanzado, el Curiosity, aterrizó en Marte en agosto de 2012.
La maniobrabilidad en la superficie marciana es un desafío. El Spirit vio terminada su misión después de quedar atascado en una masa de arena marciana. Los vehículos con ruedas no pueden llegar a muchos de los puntos en los que sería ideal tomar muestras.
Por el momento, las muestras de suelo de Marte se toman de donde se puede y son analizadas a bordo de los robots, tras lo cual los resultados se comunican a la Tierra. Sin embargo, la ESA, que tiene misiones previstas para 2016 y 2028, también quiere examinar opciones de diseño que permitan enviar muestras de alto valor científico a la Tierra. Los robots serpiente podrían ayudar a recolectar este tipo de muestras, ya que son capaces de llegar a recovecos de sitios intransitables que los robots con ruedas nunca podrían alcanzar.
Una opción es alojar al robot serpiente en uno de los brazos del robot principal con ruedas, con la capacidad de desprenderse del brazo y volver a afianzarse a él por cuenta propia, lo cual le permitirá bajar al suelo, donde podrá arrastrarse serpenteando por sus propios medios. Los investigadores prevén utilizar el robot nodriza para recorrer grandes distancias, después de lo cual el robot serpiente puede separarse de su compañero y avanzar por áreas estrechas y de difícil acceso.
Para el suministro energético del robot serpiente, y teniendo en cuenta que no se alejará mucho de su compañero más grande y con ruedas, la opción que cuenta con la mejor acogida por los ingenieros es la de un cable que conecte el robot serpiente con el robot nodriza. El cable suministrará energía y servirá como vía de tracción, es decir, podrá ser usado por el robot nodriza como una cuerda de la que tirar para arrastrar al robot serpiente hasta subirlo de nuevo a bordo del robot nodriza. La comunicación entre el par de robots se hará preferentemente a través de señales transmitidas por el cable.
El cable entre el robot con ruedas y el robot serpiente también permitirá que éste último sea capaz de ayudar a su compañero si sus ruedas quedan atascadas en una masa de arena. En tal situación, el robot serpiente podría bajar por sí mismo al suelo y afianzar el cable enrollándolo en torno a una roca para así facilitar al robot con ruedas una vía para arrastrarse sin depender de éstas ya que el robot nodriza al enrollar en su mecanismo el otro extremo del cable, se vería arrastrado hacia la roca, hasta salir del terreno del que sus ruedas no pudieran sacarle.
Fuente
Web http://grupogabie.blogspot.com/
Pertenecientes a las redes de investigación
R.a.d.i.o.: Red Argentina de Investigación Ovni
R.a.a.o.: Red Argentina Alerta Ovni
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